El pasado día 15 de octubre se organizó por tercer año consecutivo el Día de las Escritoras. Poetas, novelistas, dramaturgas y ensayistas defensoras de unos ideales humanistas, algunas de las cuales fueron pisoteadas o relegadas al anonimato por parte de una sociedad marcada por su incapacidad para reconocer el talento en igualdad.
Bajo la inspiración de Santa Teresa de Jesús y su obra “Camino de perfección”(1564/1567), pionera en la búsqueda de la libertad de pensamiento, esta reciente conmemoración nos invita a mostrar a los nuevos rebeldes y transgresores de la actualidad, a alentarlos a sentar las bases, a diseñar sus proyectos, a aportar todo su potencial, a volar tan alto como se lo propongan, y así construir un mundo mejor, con estructuras y valores renovados e ilusionantes.
Por ello se deduce que cualquier tiempo pasado no tiene por qué haber sido mejor, y hoy día, las múltiples herramientas educativas tienen esa visión global que respalda el impulso personal, la iniciativa, la crítica y la creatividad.
Es la actitud individual del que experimenta, arriesga y se asoma a nuevos aprendizajes la que potencia las fortalezas y desbloquea, no sólo las debilidades propias, sino también las del sistema en el que nos vemos inmersos cada día.
Por tanto, una buena filosofía de vida sería la que nos describe Mahatma Gandhi en esta frase:“Be the change you want to see in the world”
